Trabajadores de Tupperware en Maracay denuncian pagos “miserables” tras cierre de la planta

Trabajadores de Tupperware en Maracay denuncian pagos “miserables” tras cierre de la planta

 

Un grupo de trabajadores de la planta Tupperware, ubicada en la zona industrial de San Vicente, en Maracay, denunciaron que las liquidaciones ofrecidas tras el cierre de la empresa son una “burla”.

lapatilla.com

En este sentido, Asenodoro Mendoza, quien dedicó 45 años de su vida a la fábrica, expresó su frustración, asegurando que lo pagado no alcanza “ni para las deudas”. Además, mencionó que la empresa está vendiendo las máquinas y el material, pero a los trabajadores no les quieren pagar “lo que merecen”.

El malestar también fue compartido por otros empleados, quienes señalaron que la propuesta de $500 por año de servicio, presentada por ellos mismos, fue ignorada. “Ellos vinieron con las liquidaciones ya calculadas, sin tomar en cuenta nuestras propuestas. Esto no es justo”, aseguró Jhony Valdez, otro trabajador afectado.

La situación es particularmente crítica para los empleados con discapacidad, quienes representan una pequeña pero significativa parte de la plantilla. “No se puede olvidar que en esta empresa hay trabajadores discapacitados que no saben qué hacer en esta situación. Los padres se preocupan porque al despedirlos sin consultar con sus representantes y con los responsables jurídicos le crean pues problemas familiares y para algunos frustración al verse atravesando esta situación”, expresó Jesús Querales, padre de un trabajador con discapacidad.

Con una plantilla de 41 trabajadores, Tupperware cesó sus operaciones el pasado 16 de diciembre, dejando atrás una trayectoria de más de siete décadas en la industria de artículos plásticos para el hogar en Venezuela. Aunque la empresa se destacó por su modelo de ventas directas y su calidad, no logró resistir la competencia y los cambios tecnológicos que golpearon sus ingresos en los últimos años.

Los trabajadores afectados exigen que se revise el pago de las liquidaciones y que se ofrezcan alternativas que les permitan enfrentar esta difícil situación. Mientras tanto, la planta permanece cerrada y las esperanzas de los empleados de obtener una compensación justa están en manos de las autoridades y la presión pública.

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