El camino trascendental hacia la plenitud humana: Salud, prosperidad y amor, por José Ignacio Gerbasi

El camino trascendental hacia la plenitud humana: Salud, prosperidad y amor, por José Ignacio Gerbasi

En el corazón de cada ser humano laten tres deseos primarios: salud, dinero y amor. Lograr estos objetivos es una aspiración universal, y la clave para alcanzarlos reside en ser próspero, no solo económicamente, sino también en espíritu y valores.

Así como hay personas ricas y pobres, también hay países ricos y pobres. La diferencia no radica en su antigüedad ni en sus recursos naturales. Por ejemplo, la India y Egipto, con milenios de historia, enfrentan grandes desafíos económicos. Por otro lado, países jóvenes como Australia y Nueva Zelanda, en poco más de 150 años, han alcanzado niveles de desarrollo y riqueza impresionantes.

Japón, con un territorio montañoso y escasos recursos agrícolas, se ha convertido en una potencia económica mundial. Su capacidad de importar materias primas y exportar productos manufacturados ha acumulado una enorme riqueza. Suiza, sin acceso al mar y con inviernos largos, ha desarrollado industrias de alta calidad, convirtiéndose en un modelo de seguridad y orden.





La inteligencia de las personas tampoco determina la diferencia entre la riqueza y la pobreza. Estudiantes de países pobres que emigran a naciones desarrolladas logran éxitos notables en su educación, y ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas demuestran que las capacidades intelectuales son similares.

¿Qué marca entonces la diferencia? La actitud de las personas.

En los países ricos, la mayoría de la población sigue ciertas normas que promueven el bienestar y la prosperidad:

  1. Lo ético como principio básico.  “La ética del trabajo, la disciplina y la integridad no son solo palabras, son estilos de vida.” – Angela Merkel

  2. El orden y la limpieza.  “La limpieza es el primer paso hacia la pureza y el orden de la mente.” – James Allen

  3. La integridad.  “El verdadero carácter de una persona se revela en su ausencia.” – Ralph Waldo Emerson

  4. La puntualidad.  “La puntualidad es el arte de respetar el tiempo de los demás.” – Horace Mann

  5. La responsabilidad.  “La responsabilidad es la capacidad de cumplir con nuestras propias expectativas y las de los demás.” – Henry David Thoreau

  6. El deseo de superación.  “La superación personal es un viaje continuo, no un destino.” – Jack Welch

  7. El respeto a las leyes y reglamentos.  “La ley es el puente entre el caos y la civilización.” – Heráclito

  8. El respeto por el derecho de los demás.  “El respeto hacia los demás es la base de la verdadera humanidad.” – Albert Schweitzer

  9. El amor al trabajo.  “Elige un trabajo que ames y nunca tendrás que trabajar un día en tu vida.” – Confucio

  10. El esfuerzo por la economía y acometimiento.  “La economía es la ciencia de la vida; administrar bien lo que se tiene es la clave del éxito.” – Edith Wharton

No necesitamos más leyes, solo cumplir y hacer cumplir estas simples reglas. En los países pobres, solo una mínima parte de la población sigue estas normas diariamente. No somos pobres porque la naturaleza nos haya sido cruel, sino por nuestra actitud y falta de carácter para cumplir estas premisas básicas.

Si esperamos que el gobierno resuelva nuestros problemas, esperaremos toda la vida. Un mayor empeño en nuestros actos y un cambio de actitud pueden transformar nuestro país hacia el progreso y el bienestar. Estos valores impulsarán cada proceso de cambio, cada meta alcanzada y definirán el estilo de vida que llevemos.

Como dijo Martin Luther King Jr., “La verdadera medida de un hombre no está en cómo se comporta en momentos de confort y conveniencia, sino en cómo se mantiene en tiempos de desafío y controversia.”

Forjemos juntos un país mejor, con salud, prosperidad y amor para todos.

Vamos por más…

@jgerbasi