La normalidad reinaba este martes en los principales pasos fronterizos entre Colombia y Venezuela a la espera de lo que suceda en la investidura presidencial del próximo 10 de enero, que reclaman el mandatario Nicolás Maduro y el opositor Edmundo González Urrutia.
Los cruces fronterizos están abiertos y se observaba un aumento en el flujo de personas y vehículos, especialmente por el puente Simón Bolívar, que une a la ciudad colombiana de Cúcuta con la venezolana de San Antonio de Táchira.
Por el Simón Bolívar, donde este lunes la presencia policial y militar era la habitual, decenas de personas salían de Venezuela con bolsos o maletas, mientras que otros regresaban con sus equipajes cargados de alimentos y productos básicos, como lo hacen desde hace años.
Pese a la normalidad visible en los cruces fronterizos algunas personas expresaban con reservas su temor a lo que pueda suceder el 10 de enero, dada la tensión reinante en Venezuela.
Ciudadanos como Francisco Olivares temen que pueda suceder algo ese día, sobre todo por la presencia de miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en las calles.
Refugio en Colombia
Por eso, muchos han optado por tomar precauciones y permanecer en lugares seguros, incluso en el lado colombiano, hasta que se disipe la tensión.
“Voy a quedarme con mi esposa en casa de un familiar en Cúcuta estos días porque están diciendo que cerrarán la frontera y quiero saber qué sucederá después del viernes”, afirmó Olivares a EFE.
Según cifras de Migración Colombia, el país acoge el mayor número de migrantes y refugiados venezolanos con 2,8 millones de personas.
“Aunque es delicado lo que uno dice, muchos de nosotros queríamos ver a Edmundo González en esa posesión, pero ahora nuevamente estaremos enfrentando necesidades”, comentó a EFE Desiré, quien trabaja en La Parada, caserío ubicado del lado colombiano del puente Simón Bolívar, y quien teme que la crisis de su país se prolongue una vez más.
En esa línea, un hombre que prefirió no decir su nombre aseguró a EFE: “Año nuevo con miedos nuevos sobre lo que pueda suceder. La situación sigue mal y nosotros somos los perjudicados porque a muchos les tocó emigrar”.
Por su parte, el gobernador del estado venezolano del Táchira, Freddy Bernal, afirmó que la frontera colombo-venezolana permanecerá abierta, desmintiendo los rumores surgidos en las últimas horas sobre un posible cierre antes del 10 de enero, como ya sucedió varias veces en la última década.
“No hay razón para cerrarla, tenemos control absoluto sobre nuestra frontera”, declaró Bernal, quien agregó que con cámaras instaladas en todos los puentes y en algunas trochas utilizadas para pasar de un país a otro vigilan en tiempo real todo lo que ocurre.
Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros donde colindan siete departamentos colombianos y cuatro estados venezolanos y viven unos 12 millones de personas.
EFE