Arzobispo de Barquisimeto llamó a los venezolanos a no paralizarse ante “el miedo, la tristeza o el desaliento” (VIDEO)

Arzobispo de Barquisimeto llamó a los venezolanos a no paralizarse ante “el miedo, la tristeza o el desaliento” (VIDEO)

Arzobispo de Barquisimeto, monseñor Polito Rodríguez Méndez. Foto: Captura de video

 

El arzobispo de Barquisimeto, monseñor Polito Rodríguez Méndez, hizo un llamado a los venezolanos a no dejarse paralizar por “el miedo, la tristeza o el desaliento” durante su mensaje en el marco de la celebración de la Divina Pastora. En un video compartido en las redes sociales, el arzobispo recordó la tradición iniciada por el sacerdote José Macario Yépez hace 167 años y enfatizó la importancia de esta festividad para la comunidad.

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Esta tradición iniciada por el Padre José Macario Yépez el 14 de enero de 1856… Aprovechamos, pues, esta oportunidad tan significativa para colocar delante del altar del Señor y bajo la intercesión de la Divina Pastora de las Almas todas nuestras intenciones, nuestras necesidades, nuestras inquietudes, nuestros miedos, nuestros temores”, expresó Rodríguez Méndez.

Video: X/@yaracuyaldia

 

El arzobispo pidió oraciones por la patria y la unidad entre los venezolanos: “Pedimos por nuestra patria, por nuestra familia, por nuestra Iglesia para que siguiendo el mandato de Jesús permanezcamos unidos, que se superen las divisiones, que a pesar de nuestras diferencias podamos vivir como hermanos y hermanas, hijos del mismo Dios que hace brillar el sol sobre todos” .

La celebración de la Divina Pastora es una de las manifestaciones religiosas más importantes en Venezuela y reúne a millones de fieles cada 14 de enero en Barquisimeto. Esta festividad no solo es un acto de fe, sino también un símbolo de esperanza y resiliencia para muchos venezolanos que enfrentan una crisis prolongada.

La historia de la Divina Pastora está marcada por momentos significativos, incluyendo su llegada a Venezuela en 1706 y su consagración como patrona del pueblo durante una epidemia de cólera en 1856. La devoción hacia esta figura mariana ha perdurado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en un faro de esperanza para los creyentes en tiempos difíciles