El País: Gustavo Petro teme que Edmundo González se presente por sorpresa en la frontera con Venezuela

El País: Gustavo Petro teme que Edmundo González se presente por sorpresa en la frontera con Venezuela

El líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia ondea una bandera de Venezuela frente a simpatizantes en una concentración de apoyo este miércoles, en el Centro de Convenciones Atlántico Pacífico en la Ciudad de Panamá (Panamá). EFE/ Bienvenido Velasco

 

A Gustavo Petro le preocupa que en los próximos días Edmundo González pueda presentarse por sorpresa en la frontera con Venezuela. El equipo del político que venció en las urnas a Nicolás Maduro, de acuerdo a todas las pruebas presentadas, medita desde hace un mes realizar un gesto en Cúcuta que refuerce su intención de llegar a Caracas y tomar posesión como presidente electo que es. Colombia no pondría ningún impedimento a la entrada de Edmundo González al país por respeto a su condición de asilado, más allá de desaconsejarlo. Pero, según una fuente del máximo nivel del Gobierno, si lo hace, le recomendarían que no cometiera ninguna temeridad, como exponerse en el límite que separa un país de otro.

Por Juan Diego Quesada / Santiago Torrado / elpais.com





La eventual llegada del opositor supondría un dolor de cabeza para Petro. El presidente lleva una semana haciendo equilibrismos para denunciar que se cometen violaciones a los derechos humanos en Venezuela y al tiempo defender que las elecciones no fueron del todo libres por las sanciones internacionales –que él siempre ha llamado “bloqueo”–. Pese a que su número 2, Laura Sarabia, y el canciller, Luis Gilberto Murillo, intentaron convencerlo de que no enviase representación a la autoproclamación de Nicolás Maduro como presidente, el viernes, su postura fue inamovible y mantuvo que lo mejor era que asistiera el embajador en Caracas, Milton Rengifo. El diplomático vivió días de angustia.

Sus enemigos dicen que Petro avala la dictadura y compadrea con Maduro –algunos hasta hablan de historia de amor–. En realidad, ni Petro confía en Maduro, ni Maduro en Petro. Cuando Petro trató de convencer a Maduro de que firmase un acuerdo político de respeto a los resultados, el presidente de Venezuela le dijo con condescendencia que lo estudiaría y después lo ignoró. En medio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, Petro y Maduro sostuvieron siete encuentros entre noviembre de 2022 y noviembre de 2023, pero desde hace ya más de un año que no se reúnen. No se vieron cara a cara en todo el 2024. Junto a Lula, Petro deslizó en su momento la posibilidad de un Gobierno de coalición transitorio y nuevas elecciones con garantías para todos como salidas a la crisis. Maduro ni siquiera los atendió.

Varios de los funcionarios que le hablan a Petro al oído son conscientes de que Maduro es una figura amplísimamente repudiada en Colombia, y advierten que puede convertirse en un lastre electoral para la continuidad del proyecto progresista que representan. En una encuesta reciente de la firma Cifras y Conceptos, el 90% de los consultados se mostró en desacuerdo con que el Gobierno colombiano reconozca al autoproclamado presidente de Venezuela. Bogotá maniobra para evitar escenarios que contemplen romper relaciones o cerrar la frontera.

Petro siempre ha fustigado el “cerco diplomático” sobre el chavismo que promovió su antecesor, Iván Duque (2018-2022). El apoyo irrestricto de Duque a Juan Guaidó, al que reconoció hasta el último día de su periodo como presidente encargado de Venezuela, elevó la tensión entre dos vecinos que comparten más de 2.200 kilómetros de frontera, hasta llegar al rompimiento total. Petro sostiene que esas posturas al final del día entregan las fronteras a las mafias, provocan el hambre de millones, su éxodo masivo y la violación sistemática de sus derechos humanos. Tras las presidenciales, Bogotá ha pedido en más de una ocasión a Caracas respetar el derecho internacional, pero sus críticas han sido tímidas.

Los llamados a la prudencia no han conseguido calmar los ánimos. El expresidente Álvaro Uribe, el mentor político de Duque, pidió este sábado desde la propia frontera una “intervención militar internacional” que consiga “desalojar a la dictadura” de Venezuela. “Yo creo que, a esta altura, Cúcuta ya sabe que es mejor preservar las relaciones familiares, sociales, económicas y culturales en la frontera”, le respondió Petro. El fin de semana, envió a Cúcuta tanto a Murillo como al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, oriundo de la ciudad, para atender la situación sobre el terreno. Entre otras, se reunieron con diversos gremios, que coincidieron en la importancia de garantizar la normalidad en la dinámica fronteriza.

Murillo, la noche antes de la investidura, publicó un vídeo durísimo contra la represión chavista y su negativa a enseñar las pruebas del resultado electoral. Colombia nunca ha reconocido la supuesta victoria del heredero de Hugo Chávez, pese a que algunos interpreten –quizá con razón– que presentarse en la ceremonia fue una forma de reconocerlo de manera implícita. El canciller siempre ha defendido que las relaciones son “de Estado a Estado”, y que lo responsable con los habitantes de la frontera es la prudencia.

Esta es la postura del Gobierno, fijada por el presidente. Pero Petro se autosabotea en las reacciones inmediatas y poco meditadas que suele publicar en la red social X, antes Twitter. Era un defensor de las elecciones y ahora que todo ha salido mal las tilda de “error”, asegura que no había condiciones y vuelve a insinuar otro proceso de negociación. Su intención es no romper con Maduro, porque cree que desprotege a los colombovenezolanos –a lado y lado de la línea limítrofe–, perjudica la economía y aísla aún más a Venezuela. Esta postura podría saltar por los aires con el retrato de Edmundo González en la frontera, en un gesto simbólico de gran peso. Fuentes del alto Gobierno recuerdan que Colombia tiene un amplía tradición de respetar la figura del asilo, que el propio presidente Petro ha exaltado en más de una ocasión. Por ese estatus de asilado, aseguran, nadie impediría el ingreso de Edmundo González al territorio colombiano, ni le pondrían trabas, más allá de desconsejarlo de emprender alguna acción temeraria. Y, en el caso de que el opositor se mantenga firma, le insistirán en que no ponga su vida en riesgo.