Japón ha concedido el estatus de refugiado al guardameta de la selección birmana Pyae Lyan Aung, que se negó a volver a su país tras disputar un partido en el país en mayo en el que protestó por el golpe de Estado militar del pasado febrero.
“Me siento agradecido con el pueblo japonés, el gobierno japonés y todas las personas que me han apoyado hasta ahora. Estoy aliviado”, dijo el deportista en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Kyodo tras recibir este viernes su certificado de asilo en la Oficina de Inmigración Regional de Osaka, en el oeste del país.
El portero, de 27 años, manifestó su deseo de estudiar japonés y quedarse a trabajar en el territorio. En julio se unió como aprendiz a un equipo de la tercera división de la liga profesional japonesa, la J-League.
La Agencia de Servicios Migratorios de Japón le concedió estatus de refugiado y un permiso de residencia de cinco años, argumentando el riesgo de persecución si regresa a Birmania tras el incidente.
Pyae Lyan Aung hizo un saludo levantando tres dedos en los que podían leerse “We need justice” (Necesitamos justicia) cuando sonó el himno nacional antes del partido con la selección japonesa del 28 de mayo en Chiba, el primer encuentro internacional de Birmania (Myanmar) de clasificación para el Mundial de 2022 desde el golpe.
Cuando el equipo birmano estaba a punto de salir del archipiélago el 16 de junio, el guardameta dijo a las autoridades migratorias en el aeropuerto de Kansai (oeste) que quería permanecer en Japón, adonde había llegado a principios de mayo con un permiso a corto plazo de hasta 90 días.
Solicitó el estatus de refugiado y un cambio de visado el 22 de junio, alegando temer por su vida tras el gesto, utilizado como muestra de resistencia en Birmania contra el golpe militar.
El deportista se suma así a la comunidad de birmanos en Japón, aproximadamente 35.000 residentes, según datos del Ejecutivo nipón.
Unos 2.500 birmanos han solicitado asilo como refugiados a raíz del golpe y la represión violenta de las manifestaciones.
Japón es uno de los países que menos estatus de refugiado concede. De los 3.936 solicitantes de asilo en 2020 sólo 47 lo obtuvieron, según datos del Ministerio de Justicia.
EFE