Las muertes en África vinculadas a la violencia yihadista aumentaron un “alarmante” 48 % en 2022 en relación al año anterior, informó el Instituto Africano de Estudios Estratégicos (ISS, por sus siglas en inglés), que advirtió de un repunte de estos ataques sobre todo en Somalia y el Sahel.
“Siguiendo una tendencia al alza que dura ya una década, los sucesos violentos relacionados con grupos islamistas militantes en África aumentaron un 22 %, mientras que las víctimas mortales se incrementaron un 48 % durante el año pasado”, indicó el ISS en un informe remitido hoy a EFE.
La violencia yihadista en el continente africano continúa concentrándose en cinco zonas, “cada una de las cuales con distintos actores locales y desafíos específicos del contexto”: el Sahel, Somalia, la cuenca del lago Chad, Mozambique y el norte de África.
En este sentido, el ISS explicó que la escalada del número de muertes “se debe enteramente al aumento de la violencia en el Sahel y Somalia”, que representan el 74 % del total de muertes reportadas en África.
El Sahel occidental (Burkina Faso, Mali y Níger) experimentó la mayor escalada de eventos vinculados al yihadismo, con un aumento del 36 %.
“El Sahel concentra actualmente el 40 % de toda la actividad violenta de los grupos islamistas militantes en África, más que ninguna otra región africana”, indicó el informe.
El Instituto aseguró además que la introducción del grupo paramilitar ruso Wagner (confirmada en Mali) “ha intensificado aún más la violencia contra los civiles en el Sahel”, al estar “vinculado a 726 muertes de civiles reportadas en comparación con las 1.984 de los islamistas militantes”.
En el caso de Somalia hubo 6.225 muertes reportadas vinculadas a Al Shabaab en 2022, un aumento con respecto a las 2.606 del año anterior.
“Este es un nivel récord de muertes y supera el total de 2020 y 2021 combinados”, indicó el ISS.
Por el contrario, en la cuenca del lago Chad, Mozambique y el norte de África, las muertes por violencia yihadista se estancaron o disminuyeron durante el 2022.
No obstante, “el número de incidentes violentos denunciados vinculados a grupos islamistas en el norte de Mozambique aumentó un 29 % en 2022, hasta alcanzar los 437”.
En el caso de la cuenca del lago Chad, la violencia yihadista “se estabilizó en gran medida el año pasado después de una marcada disminución del 32 % entre 2020 y 2021”, pero hubo un aumento del 33 % de la violencia contra civiles.
EFE