La guerra en Ucrania se ha convertido en el conflicto de nunca acabar en Europa. Desde que las tropas de Rusia entraran en territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022, numerosos combaten han tenido lugar entre las tropas de ambos países. Mientras el ejército de Putin continúa atacando a Kyiv, las milicias ucranianas se prepara para lanzar su contraofensiva. No obstante, parece que la destrucción de una presa en el Dniéper ha podido ralentizar los intentos de los defensores.
Por: La Razón
El Dniéper es un río que discurre por la Rusia central y Ucrania, y también pasa por Bielorrusia. Desemboca en el mar Negro y drena una cuenca de más de 500.000 kilómetros cuadrados. A lo largo del curso del agua, se encuentra una cadena de embalses entre la que se encuentra la presa de Kajovka, cuya explosión a principios de semana y que Ucrania atribuye a Rusia ha hecho estallar la infraestructura. “Los terroristas rusos llevaron a cabo una detonación interna de estas estructuras”, decía el líder ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, quien acusaba al ejército ruso.
La destrucción de la presa desató fuertes inundaciones y las consecuencias de este ataque pueden ser devastadoras. Entre otras, puede hacer peligrar el suministro de agua en la península ocupada de Crimea. Por otro lado, decenas de miles de personas tendrán que ser evacuadas en los ochenta municipios que se habrían visto afectados directamente. Y es que este ataque cambia el rumbo de la guerra, ya que, por un lado, dificulta la contraofensiva ucraniana tras el detonamiento de “una bomba medioambiental de destrucción masiva”, y por otro, Moscú puede utilizar el río para lanzar un posible ataque anfibio en el sur del país. Una táctica que la URSS ya usó en la Segunda Guerra Mundial para frenar al ejército nazi, de tal forma que Putin ha decidido emplear aquella táctica de Stalin.
Así fue la destrucción de la presa del Dniéper por parte de la URSS: una estrategia contra la Alemania de Hitler
En octubre de 2022, las autoridades prorrusas de la región de Jersón comenzaron a liberar agua de la presa de Kajovka para reducir el nivel del agua, lo que llevó a Ucrania a denunciar ante el Consejo de Seguridad de la ONU que el ejército ruso estaba colocando minas en los alrededores de la central hidroeléctrica y la presa de Kajovka. Además, también se tuvo en cuenta el precedente soviético en el que se utilizó un ataque a una presa del Dniéper como estrategia bélica, concretamente en la Segunda Guerra Mundial.
Los servicios secretos soviéticos destruyeron la presa de Dneprostroi en agosto 1941. Stalin había ordenado a agentes del NKVD, precursor del KGB, la voladura de la presa de Dneprostroi ante la presión del ejército alemán, puesto que su auge amenazaba la ciudad ucraniana de Zaporiyia y el ejército Rojo estaba en retirada.
Aquella presa alimentaba la mayor central hidroeléctrica de Europa y su destrucción provocó una catástrofe humanitaria y medioambiental, pues se estima que murieron entre 20.000 y 100.000 personas. En aquel entonces, el portavoz del gobierno soviético, Solomón Lozovski, justificó la acción y explicaba que se trataba de “no permitir que este primer hijo del plan quinquenal soviético cayera en manos de los bandidos de Hitler”. “Se tomaron todas las medidas para no permitir que los alemanes hicieran uso de la presa y su maquinaria”.
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